Sin embargo, en pleno año 2014 (Si aún ahora) cuando la sociedad está en pleno proceso de cambio y aceptación, cuando tenemos a personajes como Jordi Castell y la Botota de opinólogos en ciertos programas de la televisión, el machismo vuelve a hacer de las suyas, manifestándose no solo como discriminación por parte de los heterosexuales. NO SEÑORES. Ahora resulta que la libertad de expresión da para todo y ha alcanzado al colectivo homosexual, llevándolo a discriminar a gente del mismo colectivo (o como decía mi amiga Waleska, gente de "La Isapre").
Ustedes me dirán, Vincent ¿De qué demonios estás hablando? y para que me entiendan, les daré una breve clase de taxonomía gay.
Por un lado tenemos a los activos. Seres que lucen como heterosexuales, en la mayor parte de los casos se comportan como heterosexuales, pero tienen de heterosexuales el puro color de la ropa. Esta clase de gay tiende a definirse así mismo como "macho, varonil, piola y decente" en diferentes redes sociales (obviamente, hay excepciones a la regla) y parece ser el enemigo natural del gay "loca". En una relación homosexual, el activo es el que suele llevar las riendas (según el concepto de pareja machista que nos inculcan desde pequeños) y es el que la pone. Si, lo dije y qué.
Al medio de la cancha tenemos a los llamados versátiles o "modernos" y no, no se llaman "modernos" porque sean porque sean fanáticos de los avances tecnológicos, sino porque tienen una "mente moderna" y funcionan de activos y pasivos al mismo tiempo. En otras palabras se gastan parejo. Estos seres iluminados y adelantados para esta época (oh si) se mantienen en el limbo. Hay algunos que aborrecen a los "gays locas" y otros los defienden. Unos viven su sexualidad sin miedo y otros parecen aprendices de James Bond, porque son capaces de vivir una doble vida como el que más.
Al final de lista, nos encontramos con los pasivos. La mayoría de la población asume que este personaje es el que hace las veces de mujer y se somete a las órdenes, deseos y caprichos del señor activo o del señor moderno pero no, y aquí es donde comenzamos a derrumbar un montón de mitos en torno a los que, orgullosamente, llevan el título de pasivos.
Los pasivos no necesariamente son los sumisos de la relación. No son los más sensibles, no son los más delicados y definitivamente, no son los menos hombres. Resulta que ahora es PECADO MORTAL decir a viva voz que se es el pasivo de la relación y creo que esto es producto del machismo residual con el que cargamos. Pensamos que todo lo que nos haga parecido a una mujer es negativo y es signo de debilidad, pero esto NO ES ASI. El colectivo homosexual pide un trato respetuoso e igualitario, pide tolerancia y no son capaces de tolerar la basta variedad de gente que forma parte de él. ¿Qué nos importa si un gay es más afeminado que otro? ¿Qué nos importa si un gay se acuesta con Pedro, Juan y Diego? ¿Lo hace eso menos hombre? ¿Le quita testosterona el hecho de que se ponga unos pantalones rosados y salga a la calle moviendo las caderas más que Beyoncé?
Hago un llamado al respeto y a la tolerancia. No hagamos mal uso de la libertad de expresión que hemos ganado. Seamos capaces de vivir con la diferencia y de amar la diferencia, tolerando tanto al gay macho, piola y varonil como al que anda con todas sus plumas por la calle.