sábado, 9 de julio de 2016

El invisible amor de mi vida

El universo quiere que me enfoque de manera real (muy real y sincera) en lo que vine a hacer aquí, es por esto que hace como un mes que estoy sin audífonos para escuchar música. Al principio me costó aceptar esta situación, hace como siete años que vengo caminando por las calles del lugar donde me encuentre, con una banda sonora que me haga mover las caderas al desplazarme entre la gente pero ahora eso se acabó.

Mis audífonos desaparecieron y no sé donde están.

El hecho de carecer de buena música para caminar por las calles de Buenos Aires, me ha obligado a pensar, meditar, filosofar mientras camino, sigo moviendo las caderas al caminar, sigo creyéndome modelo pero ahora, soy como una modelo pensante (ups, ¿Prejuicios? ¿Dónde?) y el otro día, mientras pasaba al lado de un policía groseramente guapo (si, hasta los policías son guapos acá) me pregunté

¿Y si él fuera el amor de mi vida?

Luego, pasé al lado de otro tipo demasiado guapo para este mundo y me pregunté lo mismo

¿Y si él fuera el amor de mi vida?

Lo que me llevó a pensar ¿Cuántas veces al día uno se cruza con su potencial "Amor de mi vida"? ¿Cuántos "Amor de mi vida" están permitidos por persona? es decir, si ya lo encontré y no lo identifiqué ¿Ya valí verga? ¿Estoy destinada a ser la tía soltera (y alcohólica) de la familia? Iba tan concentrado pensando en esto, que sin darme cuenta choqué de frente con un tipo que no era tan fatalmente e inmoralmente lindo como los dos anteriores pero que me regaló una sonrisa de esas que detienen el tránsito y hacen que el sol de avergüence. Le sonreí de vuelta y seguí mi camino, cuando las preguntas llegaban de nuevo.

¿Y si el amor de mi vida no es tan guapo como yo espero que sea, pero es una persona realmente bella de corazón? ¿Tendré la sensibilidad para identificarlo y corresponder/jugarmela por su amor? Para este punto de la caminata me sentía más soltera que de costumbre y además de todo, me sentí desafiado. Nací en octubre, soy libra, estoy regido por Venus y solo quien esté regido por Venus sabrá cuánta atención le ponemos nosotros a la belleza física.
Doblé en la esquina para meterme al Subte y me desesperé un poco. A lo largo de los años he rechazado a varios chicos que, según yo, no eran guapos para elegir a chicos guapos que han resultado ser unos verdaderos idiotas (no todos, pero si tuve una racha de malas elecciones) Es más, tiendo a disculpar actitudes realmente feas en estas personas solo porque son lindos de apariencia.

Crucé el molinete del Subte comprendiendo porque mi vida sentimental suele ser un desastre y noté que Buenos Aires me está dando una gran lección; aquí soy prácticamente invisible, tan invisible como son para mi, los chicos que no son tan obviamente guapos.