lunes, 31 de agosto de 2020

Catfish, ¡MIAU!

 A ver, la haré corta y trataré de dar pocas explicaciones, porque mientras más una trata de explicarse, más confuso se torna todo. El fin de semana me quedé solo en casa y estaba tan aburrido, pero tan aburrido que hice lo que cualquier millenial aburrido haría. 

Me metí a google, busqué la foto de un tipo más guapo que yo, me creé una cuenta en grindr y empecé a jugar al catfish.

Si señoras, hice catfish. 

Catfish no tiene una traducción literal al castellano, es un anglicismo que significa, tal cual, usurpar la personalidad de alguien en redes sociales y/o Internet para ligar con otras personas
(Harper's Bazaar)

Y no, no voy a mentir diciendo que es la primera vez que lo hago porque lo cierto es que, en mi adolescencia (y siendo un poco más grande también) fui algo así como la reina del catfish. Tenía un ejercito de argentinos a mis pies y creo que nunca nadie se dio cuenta que, detrás de la foto de una castaña despampanante había un gordito tímido con habilidades para el engaño. Grandes habilidades para el engaño. 

El asunto es que me conecté a grindr y completé el perfil de este sujeto con lo básico para llamar la atención de quien sea.

1.- Una foto sin polera (escogí la foto de un morenazo maravilloso)
2.- Una llama de fuego como nickname
3.- Activo 73 kg - 1.75.
4.- Y una descripción bastante antipática, pero efectiva. (La descripción era: No hablo con gente sin foto de rostro)

Armé todo muy bien, salí de la App un rato y fue cuestión de tiempo; en menos de cinco minutos, las notificaciones comenzaron a aparecer, al igual que ese Josué perverso y vengativo que reside en alguna parte de mi ser. Con una sonrisa socarrona, abrí la App y no podía creerlo. Tenía cerca de 15 notificaciones entre taps (que son algo parecido a los toques de facebook) y conversaciones. Lancé una risotada de maldad al aire y empecé a leer lo que el mundo colita de Temuco tenía para ofrecer. (visto desde la perspectiva de un "lindo")

En las primeras tres ventanas de conversación que revisé no había ni siquiera un miserable saludo. Nada de nada. Estas personas habían saltado directamente a la acción Y SIN YO PEDIR NADA me habían enviado fotos de su trasero y su cavidad anal ahí, expuesta. Al igual que ellos y sin saludar, les di la cortada con una frase que usaría mucho durante la noche.

"Que innecesarias las fotos" - dando a entender, de esta forma, mi molestia por recibir una nude no deseada. 

Algunos se disculparon por enviar la foto y trataron de iniciar una charla normal, pero obvio, este morenazo no perdona esa clase de exabruptos así que los bloqueé. Otros en tanto (y esto me generó una mezcla de risa/sorpresa/enojo) me putearon y me trataron de puritano. A ver australopithecus y la penca de tu padre ¿Cómo te explico que no me interesa verte los intestinos?

Seguí revisando los mensajes y otros, más astutos creo yo, comenzaban la conversación con una foto de rostro. Se percibía en esta foto ese aire de superioridad cola, de saberse bonitos, blancos y con gafas. La foto, obvio siempre tenía de fondo alguna playa paradisíaca que el colita en cuestión conoció en un viaje pagado en cuotas por viajes Falabella. A varios les conversé durante unos minutos y cuando me decían que querían tirar conmigo (mejor dicho, con el wn de la foto) yo les decía:

- Sorry, no eres mi tipo.

Y dejaba de contestarles, sintiendo en mi ser la gratificantes sensación de darles un poco de su propia medicina. A estás alturas de la noche me había bajado media botella de Late Harvest y el Josué malo y vengativo había maniatado al Josué bueno y empático. Había probado la sangre y quería más, mucho más. 

Al leer la frase antes mencionada, algunos se despedían con educación y dejaban la conversación. Otros, en cambio, intentaban sostener la plática con preguntas sacadas de memes (literal) tipo: ¿Te gusta el pan? Patético. Pero, en esta categoría, hubo un caso en particular que dejó en evidencia lo podrido y superficial que es el mundo cola (y quien me diga lo contrario, lo invito a la disco cola, a ver si es capaz de sobrevivir a una noche de cuchicheos por la espalda y miradas ácidas) 

Este sujeto inició la conversación normalmente; hola como estás, de dónde eres, qué buscas.

- Busco sexo - contestó el morenazo/yo 

Aquí, este pequeño querubín me envió una foto suya, con ese aire de superioridad culiá tan propio de los colas y esto fue lo que pasó. 



"Le pones color pa coger negro feo jaja"

Más allá de lo racista del comentario, me enervó que diera una respuesta de ese tipo, siendo que lo traté educadamente todo el tiempo. ¿Qué pasa cuando le hieres el ego a un cola? Esto; deja en evidencia que una cara bonita y cuerpo "perfecto" por lo general cubren una personalidad de mierda, desprecio, clasismo, racismo, xenofobia, dislexia y discalculia. ¡La dictadura de los gay resentidos viene por nosotres! Diva, como soy, me limité a sonreír y escribí la respuesta más ácida que mis torpes dedos pudieron deletrear antes de bloquearlo. 

- Nada más resentido que un colita con el ego herido. 

¿Me leyó? no lo sé. ¿Me arrepiento de hacer catfish? claro que no. ¿Lo haré de nuevo? puede ser. No sé si esto cabe dentro de la categoría de "experimento social" pero me demostró algo que venía viendo hace rato, pero no podía confirmar porque #fea. Los lindos (en especial los colitas) creen que tienen el mundo a sus pies y esto les da el derecho (en sus mentes) de tratar al resto como les de la gana.

Después de esto, decidí que era suficiente. Bloqueé al sujeto, cerré la cuenta y me quedé reflexionando acerca de lo profundamente herides que estamos todos con respecto a nuestra apariencia y la imagen que buscamos proyectar en redes sociales (y en la vida) 

martes, 25 de agosto de 2020

De Covid, Tinder y una mente inquieta.

Yo no sé, si lo que estoy a punto de contar es una tendencia común o solo soy yo saboteandome (una vez más) y es que, tengo la impresión de que si me hicieran escoger entre el camino más corto y el camino más largo, probablemente elegiría el más largo... y lo recorrería de rodillas porque #esforzada.

Con todo esto de la cuarentena, me he vuelto mucho muy activa en redes sociales (más aún, si es que eso es posible) Y es que, en contexto de encierro, una debe buscar vías de escape y distracción y ya que, con el paso de los años, he desarrollado una dependencia a las redes sociales, dije ¿Por qué no caer más bajo? y sin esperar (de verdad que sin esperar) descargué cada app de ligue que existe en google play (y elimine las apps de cachondeo porque #quedateentuputacasa). 

¡Conciencia por favor!

El asunto es que me entregué a la labor y, determinado a romper mi racha de cuatro años de soltería (si wna, cuatro años), empecé a buscar al señor perfecto. Un hombre ni muy joven, ni muy mayor, ni muy alto ni muy bajo, que fuera simpático, tuviera charla y fuera bonito, obvia (bonito para mis gustos, no pido un mister universo) pasó un mes y nada. Pasaron dos meses y nada. Cuatro meses y, si las apps pudieran juntar telarañas, probablemente mi celular sería un nido de arañas. 

Nada, cero, ni un pesque. 

Hasta que encontré a un muchacho. ¡No lo podía creer! me encontré en tinder con un hombre guapo, profesional, amoroso, simpático y embalao como él solo. Desde el segundo uno de conversación, el flaco me coqueteó y comenzó a resaltar lo atractivo que yo le parecía. Pasaron los días y ese bello entusiasmo inicial, se diluyó tan sutilmente que llegado un lunes, le dije que la verdad, me parecía que no íbamos a ningún lado (y ya me tenía aburrido que pasara todo el tiempo diciéndome ¿Por qué eres tan lindo? ¡LOCO quiero conversar de otras cosas!)

Me quedé un rato más dando vueltas por tinder cuando apareció otro muchacho. Guapo (tal y como me gustan) profesional, simpático, ocurrente, rápido, informado, va por el apruebo, niño de bien, con conciencia social y una gata. ¡Lo que siempre le pedí al viejito pascuero llegaba al fin! (con 25 años de retraso, pero llegaba) Y yo no podía menos que agradecer al universo entero por este destello milagroso en mi oscura senda.

El único detalle es que el flaco vive en otra ciudad.

¿Me estái hueveando Santa Claus de mierda? ¿En serio conocí a un loco que, a mi parecer, es perfecto para mi Y VIVE EN OTRA CIUDAD?

Ustedes podrán decir "Pero la distancia es un detalle con esto de la tecnología, pues niño" si, es un detalle. Un detalle culiao que condiciona todo mi actuar (y supongo que el suyo también) Empezamos a conversar e intensa como soy, me embalé po (más embalaa que el flaco del párrafo anterior) y tuve que amarrarme las manos como pa no proponerle matrimonio al toque (Porque Libra podrá ser indeciso, pero cuando sabe lo que quiere, no hay nadie que lo aparte de su objetivo. Amén así es.) 

Llegado el día y temblando más que la mierda, le tiré el bombazo al bombón; básicamente le dije que me gustaba. Él, claro, se sorprendió y agradeció mi honestidad y lo dejó ahí. Evidentemente no me corresponde/correspondía pero seguimos hablando porque #buenaonda. 

Y así hemos estado, conversando en la buena onda, memes van, memes vienen, pero cada vez que me pongo coqueto, me encuentro con una pared. Más bien con un ciervo asustado ante la presencia de un cazador. El loco me evade y no lo culpo, debe ser super raro que un tipo que nunca has visto en tu vida te coquetee, pero ¿Qué querí que haga? ¡Si me gusta! y mi única forma de poder tener contacto con él es a través de redes sociales. Sé (y de verdad que lo sé) que esto de no poder vernos en persona nos deja casi en un limbo; un estado de espera perpetuo, donde solo vivo en base a fantasías y proyecciones ficticias orquestadas por mi inquieta, inquieta mente. 

La cuestión es que me siento atrapado. Elegí estar solo todo este tiempo, porque me prometí que mi próxima relación no sería como la última, donde (todo bien con mi ex) básicamente me aferré a él por miedo a quedarme sola y ese miedo (ese puto miedo) se hace presente de nuevo. Este jovencito, al cual hago referencia es bkn, muy bkn, sin embargo siento que no le gusto (aquí señalando lo evidente) y yo le entrego más energía de la que debería y no sé como salir de todo esto. No sé que hacer. ¿Persevero en esto? ¿Me hago a un lado? ¿Me hago hetero? honestamente y siendo super visceral con el tema, siento que estoy puro dando la hora y que, hasta cierto punto a él le gusta tener un alguien que empuje en la dirección del amor/sexualidá/romance, porque ¿A quien no le cae bien saber que tiene un alguien que se muere por una? 

Creo que, lo que queda por hacer es, recoger la dignidad, despedirse del muchacho, desinstalar las pinches apps de ligue y rezar porque toda esta mierda de la cuarentena acabe para salir a conocer gente al mundo real. 

lunes, 26 de agosto de 2019

Baphomet amante

Te quiero
al ritmo de un aplauso
te quiero al ritmo del fuego.
Cada vez que tus caderas
me dicen eso,
te quiero.

Te amo
Te amo a morir
Te amo a matar
todos los que viven
aquí dentro.

Mi incendio personal;
no te puedo obviar
no te puedo apagar,
no puedo estar muy cerca
no quiero estar.
No te puedo,
pesas como un montón de silencios.

Pesas como toda la sangre de tu familia
junta y revuelta,
en orgía de hemoglobina incesto - afectiva.






lunes, 18 de marzo de 2019

Sexual burocracia.

Creo que mi vida sexual pasa por momentos y momentos. Justo ahora, estoy transitando uno de esos momentos en los que, básicamente, no hay momentos. No he tirado como hace un mes y hueona, como te explico la falta de pico las ganas de tener sexualidá.

Tan entusiasta he estado con la idea esta de sacarme las ganas, que he echado mano a todos los recursos que a lo largo de los años he desarrollado como parte de mi atrayente personalidad. Mentira. Me metí a Tinder y empecé a darle Like a todos los hueones. Después me metí a Grindr y cambié mi foto de perfil por una más sugerente (Ver figura 1)


(fig. 1 "Passivus Agressivus")

Y pacientemente, esperé, esperé y esperé. Nadie hablaba. Literal, nadie me daba pelota y aún incrédula con esta situación, dije "ok, relájate, prende un incienso, sácate la mala onda, ya llegará una cachita". Con este nuevo mantra en mente, me fumé un pipazo y me metí a Instagram cuando, sin buscarlo, sin pensarlo, me habló una bala pasá; esas personas con las que una se tiene ganas pero que por una u otra situación, ¡no concretan jamás! el tiempo pasa, las ganas crecen y recordar todas conversaciones cachondas con el sujeto en cuestión, avivaron las llamas de mi incontrolable pasión. O sea, me calenté más.

Hablamos, todo muy normal, hasta que empezamos con las insinuaciones.

- Tengo frío :c
- Te caliento 1313

(Ya sé que el 1313 es super antiguo, pero filo #señora.) Del frío pasamos al te caliento y del te caliento pasamos a calentarnos la sopa hasta enviarnos nudes. Al final (después de lo que ustedes ya saben que pasó) nos damos las buenas noches y acordamos vernos durante la semana para darnos duro #LasCosasComoSon.

Los días pasan, la tensión crece, hasta que llega el día del encuentro y él no habla y yo no insisto. Me quedo hundida en el silencio, esperando que el hombre en cuestión de el primer paso y ahí me quedo, esperando. Pasan unos días y recién ahí me da por insistir, por preguntar, por dar fechas y horas para encontrarnos, desnudarnos y tirar. Cumplir con el rito que el cuerpo insiste en repasar. 

Un día de estos, en que estaba en labor persecutoria de cacha, caché que no po hueona ¿Desde cuándo que yo soy la que persigue a estos hueones? Como si yo no tirara como hereje, como si no supiera moverme, ni gemir, ni pedir más. Como si yo no supiera rodar mi lengua por rincones inconfesables y hacerles temblar la hombría a ellos, los machitos, los activos, los masculinos. 

Y con este pensamiento me paré el carro y dejé de huevear. Me aburrí de este formato. Me aburrí de que el sexo se haya vuelto algo tan burocrático hueona que paja. Literal. Si ya está más que comprobado que nos tenemos las tontas ganas ¿Por qué nos tramitamos tanto? ¿Nos ponemos a prueba? ¿Nos calentamos más? ¿Tendremos sexo imaginario para siempre? En este punto mi calentura se vuelve pura lógica y despliego mil tácticas para concretar sobre nuestros cuerpos y desde un rincón, el duende de la burocracia se ríe de mi.

martes, 10 de octubre de 2017

La vida siendo feo (Parte II)

Hola, mi nombre es Josué y hace cerca de cuatro meses, me asumí feo.

*Aplausos*

Y hoy vengo a contar mi experiencia luego de dar este paso. Al principio fue difícil, no lo voy a negar y es que tuve que encontrar mi propia forma de ser feo. Porque seamos claros, hay formas y formas de ser feo. Hay unos que son feos y aparte de eso, no se arreglan, por lo que vendrían a ser algo así como sacerdotes de la fealdad, gente con vocación, ganas de servir y ser parte de este reducto de la sociedad. 

Hay otros que, como yo, nos sabemos feos PERO luchamos contra las inclemencias biológicas y nos arreglamos bastante (bastante); el despertador suena dos horas antes de lo que debería sonar para que la ducha no sea un paso de tres minutos bajo el agua, una vez al mes aplicamos exfoliación profunda, mascarillas varias, pinzas para divorciar cejas, retoque de barba y un largo etc. Todo para amortiguar ese golpe que nuestra cara de "rasgos fuertes" le da a la gente, a diario. 

Cuando descubrí mi forma de ser feo (y cuando noté que no soy un sacerdote de la fealdad) algo dentro de mi se aflojó. Ya no es tema para mi el si la gente me mira o no me mira, si dicen que soy simpático/buena onda/agradable/chistoso o si sigo dentro del club de los solteros. Solté mis ganas de ser "el amor a primera vista" de alguien y por supuesto, volví a usar lentes (Me negaba a usarlos porque según yo me hacían ver más feo) dejé de calentarme la cabeza con esto de ser el patito feo de la familia porque, seamos honestos, seré el patito feo pero, mi simpatía cubre toda mi fealdad. Me reconcilié con mi nariz de turco, porque noté que Maluma tiene MÁS NARIZ QUE YO y de igual forma, me lo comería con zapatos.

Y de pronto algo cambió. 

Lo noté cuando me encontré con una amiga en la micro. Esta amiga en cuestión, iba con otras dos amigas que no saludé, básicamente porque no me interesaban. Cuando estaba a punto de bajarme, noté que una de las amigas de mi amiga ME ESTABA TOMANDO FOTOS con cara de babosa. La miré extrañado, me despedí de mi amiga y bajé a las carreras de la micro. ¿Eso había sido real? 

Días después, una chica coqueteó conmigo en el paradero, otra en la fila del supermercado. Hice match con un tipo en la calle (me di vuelta a mirarlo y él hizo lo mismo) y así otros tantos episodios que me han llevado a concluir que:

La belleza es un concepto subjetivo y esta subjetividad es directamente proporcional a la confianza que yo tenga/demuestre. Ahora que me asumí feo, mucha más gente que antes me ha coqueteado. Ahora que me asumí feo, camino orgulloso por las calles mostrando lo que soy y lo que tengo, sin achicarme frente a nadie y ¡Paf! todo es diferente, el mundo ha notado este cambio de actitud y de alguna manera ha confirmado lo que nos dijera Ripley #mushosaños atrás: 

Belleza es 100% actitud (Me fascina Ripley)

Y no podría estar más de acuerdo...